· ¿Quién es Alejandro Tantanián? Uh, ¡re largo! (risas). Nací en 1966 en el Hospital Alemán, mi vieja laburó treinta y ocho años ahí y en el medio nací yo. Soy descendiente de armenios; mi mamá es rusa y llegó a la Argentina en el ’35, y mi papá es argentino, hijo de armenios nacidos en Turquía. Ellos se conocieron en un baile de la colectividad armenia, y se casaron en el ’61. Soy hijo único, y mi infancia estuvo muy ligada a los amigos imaginarios, tenía miles… hasta que comencé a leer, y esto me hizo desarrollar mucho más la imaginación. A los trece años empecé a estudiar teatro en un taller de barrio, yo vivía en Belgrano. Y no paré: seguí actuando, después estudié dirección. Pero no escribí sino hasta comienzos de los ’90. Pensaba que tenía que “respetar” al teatro de una manera especial, en la que escribir casi no estaría permitido, hasta que me animé, dando lugar a mis primeras obras (de todos modos, tenía muchas cosas escritas, pero ninguna obra). “Un Cuento Alemán” es la primera obra que presenté. También estudié canto seis o siete años; por suerte tengo algunas cosas genéticas, como una buena voz, potente y todo eso.
· ¿De qué trata “Los Mansos”? Bueno, yo quería hacer algo con Dostoievski. En base a esto, y mimetizándolo con las biografías de los actores (y la mía), es que surge “Los Mansos”, que es una obra que usa como tronco a la novela “El Idiota”. Laburé en “Los Mansos” durante tres años, uno entero de ensayo, en fin…
· La Nación dice que “Los Mansos” es un proceso de avance y retroceso. ¿Qué te parece esta apreciación? Vos sabés que no logro entender esa crítica… Supongo que es porque los personajes entran y salen de sí mismos, pero si te fijás, la obra es un avance continuo, no hay saltos en el tiempo. Quizás esta persona tome como “avance” el cambio de un ruso de hace dos siglos, con un tipo normal, de Buenos Aires, año dos mil cinco. Pero la verdad es que no sé.
· ¿Alguna vez te quedaste con ganas de hacer algo? No… en realidad, sí. Para mí, hacer “Los Mansos” es maravilloso, imagináte, trabajar años en un proyecto y bancarlo solo (porque yo puse el montaje de mi bolsillo, acá nadie ve un peso) es fantástico, lo hago por placer. Pero de todos modos, siempre uno mira “más allá”. Siempre hay proyectos dorados e irrealizables… Por ejemplo yo, que quiero hacer una ópera que se llama “Orfeo”, de Claudio Monteverdi, que se considera la primera ópera. Pero claro, acá el único lugar donde se puede levantar es en el Colón, que está lleno de reggies… Y si no, hay que hacerla afuera. Yo quiero hacerla y hacerla grande, con un montaje de la ostia, con cantantes excelentes, que sea perfecta.
· ¿Qué buscás a la hora de elegir un actor? Yo no soy un director de castings, quiero decir que no me gusta la escena de un tipo que va a probarse y otro que lo evalúa, mucho menos cuando soy yo el que tiene que evaluar. Los nervios pueden jugar muy en contra; además, puede ser que un tipo te haga una audición impresionante y termine siendo un desastre, y viceversa. Yo tengo un grupo de gente con el que suelo trabajar; una especie de familia elegida (que siempre es mejor que la que nos toca en suerte). Por ejemplo a Nahuel lo ví en una obra, hace mil, y mientras leía y releía “El Idiota” pensaba en que tenía que ser él… leía y lo imaginaba a él. Con Stella hemos hecho cosas juntos siempre, y a Luciano… bueno, con Luciano nos dirigimos, actuamos juntos, escribimos…
· ¿Compartís el punto de vista de Dostoievski respecto a Dios? Sí; yo creo que Dostoievski era un tipo totalmente creyente. Considero que creía profundamente en Cristo como ser humano, pero el hecho de que haya pasado por lo que pasó al ser sacrificado lo hace dudar. Él cree en el dolor humano.
· ¿Creés en Dios? Sí. No soy practicante, no voy a la Iglesia sino para bautismos, etcétera, pero creo en Dios.
· ¿Para qué sirve un blog? Internet es una cosa maravillosa. Yo soy un adicto a Internet (ojo, “adicto” bien, porque hay mucha gente que es realmente adicta y la pasan mal). Mando muchos mails, navego mucho y me gusta hacerlo. Llegué al blog porque un amigo mío (que es escritor y profesor en la carrera de Letras, en la Facultad de Filosofía y Letras, que se llama Daniel Link) hizo uno en el que copiaba noticias y las comentaba. Leí eso, y me gustó. Entonces me puse a navegar por diversos blogs. Personalmente, yo lo uso como si fuese un diario. Muchos directores andan con un cuadernito anotando ensayo por ensayo. Yo ya no hago eso, porque cuando lo hacía me la pasaba todo el ensayo anotando y anotando y al final nunca leía el cuadernito. Entonces, el blog es un espacio, un registro interno que exteriorizo, un cajoncito donde “guardo” mis cosas, en el que puedo compartir con el resto de la gente qué pasa en cada ensayo, qué pasó en el estreno…
· ¿Dostoievski te ayuda o te enseña? (Piensa) Ni una cosa ni la otra: ambas. Dostoiesvki es un amigo con el que supe enojarme y volver a enamorarme durante toda mi vida. A mí, mi padrino me leía los cuentos para niños de Dostoievski cuando era chico, y me fascinaba. Más tarde empecé a leerlo yo, y siguió maravillándome, era adolescente y esa cuestión tortuosa me venía bárbaro. Y de grande seguí encontrándole grandes atractivos. Es el único autor con el que me sucede esto. Siempre me pasó, leer cosas que antes me parecían espantosas, y ahora me vuelven loco, y al revés. Pero con Dostoievski… siempre me vuelve loco. Es… es un compañero de vida.
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