Y era otoño y todo estaba de amarillo
Y era otoño y todo estaba de amarillo
hasta las nubes que volaban, y este verso
Así pasaste y me pediste un papelillo
para armarte un pasaporte a otro universo.
Sorprenderte cuando viste que tenía
eso que me pediste, para que luego
me agradecieras -todavía era de día
y te volvieras para pedirme fuego.
Vuela y ya deja de lado los pudores
que nadie es tan inocente, es tan escasa
la línea que limita con los pecadores.
Vuela vuela y vuela, amiga de la plaza
que no hay nadie en los alrededores
Seamos dos barriletes hasta casa.
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